Yankiland; el regreso

Premios Stella

Los Premios Stella son unos premios que se dan anualmente en Estados Unidos para poner en evidencia su ridículo sistema legal.

Estos premios llevan el nombre de Stella Liebeck, la cual, en 1992, a la edad de 79 años, sufrió un accidente en un McDonalds al caérsele por encima el café produciéndole diversas quemaduras de consideración; fue indemnizada con 2.9 millones de dólares. Desde entonces, en las tazas de café se advierte de que el contenido está muy caliente y de su peligro. Desde entonces también se otorga un premio de carácter anual a esos casos difíciles de entender, pero tan reales y duros como la vida misma. Quien dude de su realismo puede acudir a Stella Awards.

Estos son los Premiados en 2002:

· 5ª Posición (Ex aequo)

Kathleen Robertson de Austin (Tejas) fue indemnizada con 780.000$ por un jurado tras romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño que estaba corriendo en una tienda de cocinas. Los dueños de la tienda se sorprendieron al ser obligados a pagar dicha cantidad, mas aún al saber que el niño que tan mal se había comportado era el hijo de la señora Robertson.

· 5ª Posición (Ex aequo)

Carl Truman, de Los Ángeles y de 19 años, ganó 74.000$ y los gastos médicos cuando su vecino pasó por encima de su mano con el coche, un Honda Accord. Carl Truman aparentemente no se dió cuenta de que había alguien al volante del coche cuando se puso a robarle los tapacubos (que sí, que sí, que así son los Yankies).

· 5ª Posición (Ex aequo)

Terrence Dickson, de Bristol, Pennsylvania, estaba abandonando una casa justo después de acabar de robarla, y decidió salir por el garaje. No fue capaz de salir por la puerta del garaje porque estaba rota, y al intentar volver a la casa se dio cuenta de que la puerta que conectaba ambas estancias era de un único sentido y no podía salir o volver a la casa.

La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson se encontró encerrado en el garaje durante 8 días. Para sobrevivir, lo

hizo a base de Pepsi y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denunció al dueño de la casa por los daños morales sufridos por aquel incidente, y el jurado accedió a situar la indemnización del propietario al ladrón en medio millón de dolares.

· 4ª Posición

Kara Walton de Claymont, Delawere, denunció con éxito al propietario de un pub nocturno de la ciudad cuando ella se cayó desde la ventana del baño al suelo y se rompió los dientes contra el suelo. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba colarse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares. El propietario tuvo que pagarle 2,000 $ y gastos dentales.

· 3ª Posición

Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar a Amber Carson de Lancaster, Pennsylvania, 113,500$ después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea.

· 2ª Posición

Jerry Williams, de Little Rock, en Arkansas, tuvo que percibir 14,500$ más los gastos médicos despues de ser mordido en el culo por el perro de su vecino. El perro estaba en una jaula dentro del jardín de su propietario encerrado. La indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole al perro desde arriba de la jaula con una pistola de bolas.

· Y EL MEJOR DE TODOS ES:

Mr. Merv Grazinski, de Oklahoma City, en Noviembre de 2000 se compró una caravana marca Winnebago de las grandes (de las que son a la vez coche y caravana). En su primer viaje, estando en una autovía, seleccionó una velocidad de crucero a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás a prepararse un café, con la caravana en marcha a semejante velocidad. No sorprende el hecho de que el camión/caravana siguiera recto y tomara la tangente en la primera curva y colisionara. Mr. Grazins muy contrariado denunció a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que el programador de velocidad no es un piloto automático que toma curvas, frena cuando es necesario e incluso detiene el vehículo si preciso fuere.

Por ello, fue recompensado con 1,750,000$ más una nueva caravana. Actualmente, Winnebago advierte de tal circunstancia en sus manuales, para el caso de que algún otro imbécil compre uno de sus vehículos.

Después de esto, ¿a quién le sorprende que en el cuestionario que te dan en el avión cuando vas a los EEUU te pregunten si vas a cometer un delito, o un acto terrorista?

Textos extraidos del mismo sitio, la página de Medyr

1 comentario de “Yankiland; el regreso”

  1. Tio me meo, he leido esto y porque poco me meo de la risa, estoy en el aula de Internet de la uni y ahora todo el mundo me mira raro… pero es que joder que risa es buenisimo!!!! 😀

Responder a zordor Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *